La mala fama les precede. Dicen de ellos que engordan y ese es un sambenito contra el que es difícil luchar, sobre todo en tiempos del culto al físico. Pero aunque no se equivocan quienes los meten en el saco de alimentos calóricos, los frutos secos están llenos de ventajas nutricionales. Muchas más que calorías.